El consumo responsable es mucho más que un término de moda. Es una práctica esencial en un mundo en el que cada vez más solemos confundir la necesidad con el deseo. Hoy te cuento de qué se trata y te presento algunas recomendaciones para implementarlo en tu vida.
El consumo es esencial para satisfacer nuestras necesidades. De eso se trata la vida. En la medida en que vamos saciando las más básicas, van apareciendo otras más complejas y destacadas. Sin embargo, estas muchas veces no responde a algo que sea realmente indispensable.
Para entenderlo, te hablaré sobre la pirámide de Maslow , una teoría sobre las motivaciones humanas. Esta jerarquía está compuesta por cinco niveles de necesidades organizadas según su complejidad:
En la actualidad, debido al ritmo de vida que llevamos, hemos escalado rápidamente esta estructura. Constantemente estamos deseando más y más, pero descuidamos nuestras necesidades reales. Sin embargo, en una pirámide cada peldaño importa, pues la base la sostiene y la punta le da su forma.
Cuando nos referimos a las necesidades, estamos hablando de lo que nos falta para nuestro bienestar. Por el contrario, el deseo se refiere a aquello que queremos tener porque pensamos que nos hará más felices. Clasifico los deseos como necesidades adornadas.
Por ejemplo, necesito un celular para comunicarme, pero deseo uno lujoso y de última generación, entonces compro uno último modelo. ¿Es algo indispensable? No, seguramente con uno más sencillo podría satisfacer mi necesidad. Pasa lo mismo con los diez pares de zapatillas que tienes, mientras que solo usas tres o cuatro. O con todas las plataformas de streaming y aplicaciones que pagas y ni recuerdas que tienes.
Te preguntarás por qué actuamos de esta manera. Pues bien, esto sucede porque anteponemos los deseos a las verdaderas necesidades.
Por eso, para evitar que lo sigas haciendo, te invito a que te hagas estas preguntas antes de comprar algo:
El consumo responsable implica ser consciente a la hora de adquirir algo, significa que lo que tenemos lo usamos. Además, que entendemos que nuestras acciones tienen efectos. Nuestro bolsillo no es el unico afectado. Cuando consumimos, impactamos nuestro bienestar, el de los demás y el del medioambiente.
La clave está en crear hábitos que nos impulsan a ser más coherentes. Para esto, te recomiendo mi pódcast, Positivo y Leal , en el que abordo temas como este. Igualmente, te comparto, a continuación, algunas acciones que te ayudarán a lograrlo:
Preocúpate por comer alimentos frescos y con la menor cantidad de aditivos posibles. Alejate de los ultraprocesados.
En su mayoría son mucho más saludables y contribuirán a pequeños comerciantes ya la economía de tu ciudad.
Esto le servirá a otra persona que lo necesita y estará siendo amigable con el medio ambiente.
Regula tu gasto de agua, dale un buen uso a lo que tienes y no compres cosas de más.
Aléjate por un momento de las pantallas y disfruta de la naturaleza y el aire libre.
No solo te ahorrará dinero, sino que también te ejercitarás y contribuirás a reducir la contaminación.
Regula tu consumo y procura no comprar dispositivos solo porque sean novedosos.
En definitiva, el consumo responsable va más allá de nuestro comportamiento como consumidores. Se trata de integrar un estilo de vida de bienestar y conciencia. Te aseguro que si lo implementas, llevarás una vida más feliz y transparente. Además, tendrás la certeza de que estás aportando a un mundo mejor.
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Si quieres saber más sobre mí y sobre mi trabajo, te invito a visitar mi sitio web: hernanleal.com . Además, puedes seguirme en mis redes sociales:
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